TEMA 0. ELEMENTOS DE LA COMUNICACIÓN Y
FUNCIONES DEL LENGUAJE
LA COMUNICACIÓN
Llamamos comunicación a un acto mediante el
cual una persona establece contacto con otra u otras para transmitir un
mensaje, una información.
La finalidad de un acto comunicativo puede
ser transmitir una información, influir en los demás, expresar los estados de
ánimo, realizar actos…
En todo acto comunicativo intervienen los
llamados factores de la comunicación:
-mensaje:
es
la información elaborada que se transmite de un punto a otro.
-emisor:
es quien elabora, codifica y transmite el mensaje. Puede ser un individuo, un
grupo de personas o una institución y se caracteriza por tener una intención comunicativa (tienen voluntad de transmitir una
información y persigue con ello una finalidad).
-receptor: es quien recibe,
descodifica e interpreta el mensaje.
-canal:
es
el soporte físico del mensaje, que incluye tanto el medio a través del cual
circula el mensaje desde el emisor al receptor, como los sentidos mediante los
que se lleva a cano la emisión y la recepción. Hay canales naturales como el
aire, canales artificiales como un libro, un cable o una pintura. Hablamos
también de canal visual (prensa, vallas publicitarias), auditivo (radio) o
audiovisual (televisión, internet).
Emisor y receptor se ponen en contacto a
través del canal.
-código:
ha
de ser compartido por el emisor y el receptor para que la comunicación se
produzca. Es un conjunto de signos relacionados entre sí y de reglas para
combinarlos. Los códigos pueden ser muy simples (por ejemplo, en el circo
romano la mano cerrada con el pulgar hacia arriba o hacia abajo) o muy
complejos, como las lenguas naturales (español, chino, árabe, etc). Otros
códigos diferentes son, por ejemplo, el de circulación, el código Morse, el
método Braille.
-contexto
o situación: está
constituido por todas las circunstancias en que se produce un acto comunicativo
y que pueden hacer variar la significación del mensaje.
-referente: conviene diferenciar
varios conceptos: imaginemos que dos amigos se encuentran en la calle; uno de
ellos va acompañado de su novia, a la cual presenta diciendo: Mi novia. Elisa. Pues bien, no hay que
confundir el referente (elemento de
la realidad sobre el cual se da la información), es decir, la chica llamada
Elisa; el mensaje o cadena de signos lingüísticos, organizados mediante una
serie de reglas, que el chico hace llegar a su amigo (las palabras Mi novia, Elisa); y la información, es
decir, los dos hechos que el amigo no conocía: que esa chica es la novia de su
amigo y que su nombre es Elisa.
FUNCIONES DEL LENGUAJE
Las funciones del lenguaje relacionan la
finalidad del acto comunicativo con los elementos que intervienen en él.
A cada uno de los componentes le
corresponde una función:
referente → referencial
emisor → expresiva
receptor → apelativa o conativa
código → metalingüística
canal → fática o de contacto
mensaje → poética
En un mensaje, en un texto, pueden
coexistir todas o la mayoría de las funciones pero en distinto grado. La
estructura lingüística de los mensajes depende en gran parte de la función
predominante con que la lengua ha sido empleada en cada uno de ellos.
1. Función referencial (representativa o
cognitiva)
Es la función básica de toda comunicación.
En ella el emisor pretende fundamentalmente transmitir información sobre los
objetos o hechos , es decir, sobre la realidad. El elemento comunicativo que
predomina es el contexto extralingüístico o situación y, en concreto, el
referente. Es la función predominante en los textos expositivos y en el uso de
la lengua en los textos científicos y técnicos. Los recursos lingüísticos que
revelan la presencia de esta función en los textos son:
-uso de la tercera persona en verbos (canta),
determinantes (su) y pronombres (le, él).
-modo indicativo.
-punto de vista objetivo.
-oraciones enunciativas.
-léxico denotativo.
-uso de adjetivos especificativos.
-uso de oraciones impersonales y pasivas
reflejas.
Todas las partículas elementales (p.e.) son objetos de masas
y dimensiones extremadamente pequeñas. La mayor parte de las partículas tienen
masas del orden de la masa del protón, igual a 1,6.10-24 g. (entre
las partículas con masa no nula, resulta bastante menor sólo la masa del
electrón: 0,9.10-27 g.). Las
dimensiones del protón, pion y otros hadrones son del orden de 10-13 cm. y las del electrón y el muon no se han
determinado, pero son menores que 10-16 cm. Las masas y las dimensiones microscópicas
de las p.e. ocasionan la específica forma cuántica de su comportamiento. Las
longitudes de De Broglie de las p.e., por lo general, son comparables o mayores
que sus dimensiones típicas. De acuerdo con esto las regularidades cuánticas
son determinantes en la conducta de las p.e.
M. Projórov, dir., Diccionario enciclopédico de la Física, Ed. Mir, 1996.
2. Función expresiva (o emotiva).
La información se centra en el emisor, quien exterioriza sus
pensamientos, emociones y estados de ánimo. Esta función es frecuente en los
textos literarios, sobre todo los de carácter lírico, los textos argumentativos
y, en general, en el habla coloquial. Los recursos lingüísticos que revelan la
presencia de esta función en los textos son:
-uso de la primera persona en verbos
(quiero), determinantes (mi) o pronombres (yo, me).
-verbos de deseo o sentimiento (querer,
amar, odiar, desear, etc).
-modo subjuntivo.
-punto de vista subjetivo.
-oraciones exclamativas, desiderativas e
interrogaciones retóricas.
-léxico connotativo.
-uso de adjetivos valorativos (feo, bonito,
maravilloso).
-uso de sufijos apreciativos: aumentativos
(cuerpazo), diminutivos (chiquillo) o despectivos (casucha).
-uso de prefijos (requetebueno) y sufijos
(malísimo) superlativos.
-interjecciones: ay, oh.
El
patio es estrecho. Se codean demasiado los enfermos, simulando a veces la
existencia de un bendito sentimiento que rarísima vez habita en los manicomios:
la amistad. Aquello parece a veces una Bolsa de contratación de manías. Hay
demanda y oferta de desatinos. Se miran sin verse. Cada cual está bastante
ocupado consigo mismo para cuidarse de los demás. El egoísmo ha llegado aquí a
su grado máximo. Los imbéciles yacen por el suelo. Parece que están pastando.
Algunos exaltados cantan en un rincón. Hay grupos que se forman y se deshacen,
porque si no amistad, hay allí misteriosas simpatías o antipatías que en un
momento nacen o mueren.
Dos
loqueros graves, membrudos, aburridos de su oficio, se pasean atentos como
polizontes que espían el crimen. Son los inquisidores del disparate. No hay
compasión en sus rostros, ni blandura en sus manos, ni caridad en sus almas. De
cuantos funcionarios ha podido inventar la tutela del Estado, ninguno es tan
antipático como el domador de locos. Carcelero-enfermero es una máquina
muscular que ha de constreñir en sus brazos de hierro al rebelde y al furioso;
tutea a los enfermos, los da de comer sin cariño, los acogota si es menester,
vive siempre prevenido contra los ataques, carga como costales a los imbéciles,
viste a los impedidos; sería un santo si no fuera un bruto. El día en que la
ley haga desaparecer al verdugo, será un día grande si al mismo tiempo la
caridad hace desaparecer al loquero.
Benito Pérez Galdós, La
desheredada.
3. Función apelativa (o conativa).
La atención se centra en el receptor, al cual se dirige el hablante
para provocar en él algún tipo de respuesta, sea o no verbal (por ejemplo: ¿Cuándo vuelves?:el emisor pretende una
respuesta verbal); ¡Eh, Fernando! Ven
aquí: el emisor pretende que el receptor le preste atención y realice una
acción). Muchas veces los mecanismos
propios de la función expresiva pueden usarse con sentido apelativo para
influir en el receptor. Esta función es habitual es los textos argumentativos y
en los propagandísticos, tanto doctrinales como publicitarios. Los recursos
lingüísticos que revelan la presencia de esta función en los textos son:
-uso de la segunda persona en verbos
(tienes), determinantes (tus) o pronombres (tú, vosotros, usted).
-uso del llamado plural sociativo. En una
oración como Nosotros, los españoles,
estamos hartos de la corrupción, el emisor busca la adhesión del receptor,
es decir, que éste se identifique con él.
-modo imperativo.
-perífrasis obligativas (tienes que
estudiar más) y expresiones con valor imperativo (a + infinitivo A comer).
-oraciones interrogativas (¿Vienes al cine?), exclamativas y
exhortativas (¡Cállase!)
-vocativos: Ana, ven aquí
inmediatamente.
-interjecciones: Venga, ánimo, eh.
¿Suprimir la telebasura?¿Sólo suprimirla? Eso es poco.
Habría que extirparla, erradicarla, demolerla, fulminarla, destruirla,
aniquilarla, arrancarla y , si me paran, hasta regurgitarla y defecarla. Delenda
est telebasura. Arranquémosla de cuajo hasta los cimientos, prendamos fuego a
sus techos y paredes y , finalmente, arrojemos sal sobre sus humeantes y
calcinados restos para que jamás vuelva a surgir vida entre esos repugnantes
despojos.
Lamentablemente, estamos
en una democracia (confío en que se capte la ironía de ese “lamentablemente”) y
resulta imposible la adopción de medidas tan expeditivas como necesarias, cual
pudiera ser el envío de la división acorazada Brunete para que laminara algunos
platós de televisión. Por la misma razón, tampoco el Gobierno tiene las
herramientas apropiadas para acabar con este peligroso fenómeno. Las sociedades
capitalistas no ven con buenos ojos que se coarte a golpe de decreto ley el
inalienable derecho de una prensa a ofrecer porquería a sus clientes.
Hay, pues, que encontrar otros métodos para eliminar esta
repugnante marea que surge de las pantallas. El primero, sin duda, es el de la
educación. Una persona educada y con cierto criterio puede enredarse
ocasionalmente en alguna de estas apestosas algas, pero jamás quedará atrapada
en ellas. Por el contrario, hay que convenir que existen muchas posibilidades
de que los jóvenes que hoy berrean en el estudio de Crónicas Marcianas, mañana
sigan haciéndolo. Cuantas más personas inteligentes y rectamente formadas haya,
menos telebasura habrá. Cuanta más telebasura haya, más pobres de espíritu
surgirán.(...)
Un
estercolero que deforma las mentes, Javier Lorenzo.
4. Función fática o de contacto.
Esta función caracteriza
los mensajes en los que la atención se centra en el canal comunicativo. Tales mensajes tratan de iniciar, mantener o
interrumpir una comunicación, la cual se convierte en el auténtico referente.
Es propia de la lengua oral, aunque en la escrita se manifiesta a través del
uso de los puntos suspensivos. Son recursos propios de esta función ciertas
frases hechas y fórmulas socialmente tipificadas para iniciar, mantener,
interrumpir o concluir la conversación como ¿qué
tal?, ¿cómo estamos?, buenos días, adiós; las muletillas como ¿eh?, esto…, ¿verdad?, ¿no?.
Ejemplos:
-Uno,
dos… Uno, dos… Probando, probando…
-Grupo
Uno a Base… ¿Me oís? –Aquí Base. Te oímos. Cambio.
-¿Diga?
Sí…, sí… ya… Vale, adiós.
5. Función metalingüística.
El lenguaje tiene como referente la propia lengua. La información se centra en el
código lingüístico. Son ejemplos de uso metalingüístico del lenguaje los
diccionarios, las gramáticas, las definiciones en cualquier ciencia.
Ejemplos:
-El
pretérito imperfecto del verbo decir es decía.
-Vendimiar
significa recoger uva.
6. Función poética o estética.
El mensaje
llama la atención sobre sí mismo, sobre la forma en que está construido. Las
figuras estilísticas o retóricas son recursos lingüísticos que sirven para
realizar la función poética en los textos. Aunque es característica de los
textos literarios y poéticos, también aparece en los textos publicitarios, en
textos periodísticos, fundamentalmente en géneros de opinión, e incluso en el
uso coloquial de la lengua.
Ejemplos:
-En abril, aguas mil.
-A mí plin, yo duermo con Pikolín.
-Verde que te quiero verde / verde viento,
verdes ramas / el barco sobre la mar / y el caballo en la montaña.
NOTA: para repasar las figuras literarias os he elaborado una lista
que contiene las más importantes, con ejemplos. También incluye un repaso de la
métrica.
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