lunes, 13 de noviembre de 2017

LITERATURA. TEMA 2. LA LITERATURA DE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX. EL ROMANTICISMO.


LITERATURA

TEMA 2. LA LITERATURA DE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX. EL ROMANTICISMO.

(NOTA: por el libro corresponde a las páginas de la 28 a la 35).

1.     CONTEXTO HISTÓRICO.
El siglo XIX español se abre con la Guerra de la Independencia y se cierra con el llamado “desastre del 98”.
La primera mitad de siglo supone un periodo muy convulso. Tras la invasión francesa de 1808, sube al trono español José I, hermano de Napoleón, hecho que desencadenará la Guerra de la Independencia y que provocará que el país se escinda en dos bandos diferentes: los afrancesados, que apoyan la invasión, como los  ilustrados Moratín o Meléndez Valdés; y los que se oponen a la invasión extranjera, un grupo muy heterogéneo ideológicamente, ya que estaba formado tanto por ilustrados liberales (como Jovellanos), que intentaban limitar el poder real, como por nobles y gran parte del clero español. Los tradicionalistas eran partidarios de la restauración del rey en la integridad de sus privilegios.
En 1812 se aprueba la Constitución “la Pepa” de signo liberal, en las Cortes de Cádiz, pero dos años después queda anulada al llegar al trono Fernando VII, que impone un rígido absolutismo que se rompe en el “Trienio Liberal” (1820-1823) que impone el levantamiento de Riego en 1820, momento en que se restaura el poder real absoluto, periodo que durará hasta la muerte del monarca en 1833. El reinado de Fernando VII se caracteriza por una fuerte represión que obligó a muchos intelectuales liberales a huir a Francia o a Inglaterra, hecho también de gran trascendencia pues a su regreso trajeron consigo las nuevas ideas y tendencias culturales que estaban cuajando en Europa.
Durante la minoría de edad de Isabel II (1833-1843), asume la Regencia  su madre, María Cristina, se dan los primeros pasos hacia la instauración de un régimen liberal y comienzan a regresar los liberales exiliados.
Pero el reinado de Isabel II (1843-1868) fue perturbado por las Guerras carlistas, que enfrentó a los conservadores o carlistas, partidarios de Carlos, hermano de Fernando VII, que pretendía el trono, y los liberales, partidarios de Isabel. En su conjunto, fue una etapa de rápido desarrollo económico y de afianzamiento de la burguesía.

2. EL ROMANTICISMO.
El Romanticismo es un movimiento no sólo literario, sino también ideológico, que alcanzó a todas las manifestaciones de la cultura del siglo XIX. Tuvo su origen en la Alemania del siglo XVIII, en el movimiento Sturm und Drang, y surgió como un movimiento cultural que se opone a los principios de la Ilustración y que es consecuencia de la profunda crisis social de un mundo en acelerado cambio. El declive de los valores tradicionales, la despersonalización del individuo ante la masa, el auge del materialismo..., condujeron al rechazo de la nueva realidad bien añorando un pasado perdido, bien forjando mundos ideales, bien reivindicando un progreso que tuviera un modelo social más humano y en el que tuviera cabida la imaginación, la espiritualidad y la justicia.

Como movimiento estético, las características serían las siguientes:

-supone una reacción contra el neoclasicismo francés: rompe con las estrictas reglas de la literatura grecolatina que sirven de base al neoclasicismo y exagera, en contraposición, el valor de lo individual y lo subjetivo, como decía Larra: “Libertad en la literatura, como en las artes, como en la industria, como en el comercio, como en la conciencia. He aquí la divisa de la época.” Ya veremos las innovaciones en cada uno de los géneros. Individualismo y subjetivismo adquieren categoría de dogma.
-Pero este subjetivismo exacerbado conducía inevitablemente a la soledad, el aislamiento, la lejanía y el drama: el romántico se siente distinto a los demás (individualismo) y afirma constantemente su yo frente al resto del universo, y sus ansias chocan con la realidad que le rodea,  por eso busca la evasión hacia un mundo ideal, del que procede el gusto por la Edad Media, que en España lleva a la revalorización del romance y a la recuperación de leyendas medievales que andan dispersas en crónicas y romanceros, y en las que tiene una importancia fundamental el elemento mágico y maravilloso.
-se reivindica el sentimiento, pero también el instinto, la intuición y la imaginación como formas de conocimiento. La razón es incapaz de descubrir la esencia de la vida (irracionalismo).
-la naturaleza y el paisaje se convierten en la proyección espiritual del poeta y de sus estados de ánimo. Se desprecia lo pastoril (visión serena, dulce y clásica del paisaje) y se prefiere una naturaleza agreste, dura, sin pulimentos, virgen, en libertad; se exaltan las ruinas, la nocturnidad, lo tormentoso y sepulcral, lo triste y melancólico.
-se establece un contraste entre lo feo y lo desagradable (elogio del patíbulo, de los bajos fondos, por Espronceda) y exaltación de la mujer y del amor. La mujer, como el paisaje o la sociedad, es una creación subjetiva y el choque entre lo real y lo ideal le ocasiona un tremendo desengaño, una decepción que se traduce en el suicidio (como Larra) o en esa desesperación y melancolía romántica tan fácil de distinguir en la lectura de muchos poemas, como es el caso de Canto a Teresa de Espronceda o las Rimas de Bécquer.
-esta insatisfacción constante viene marcada por su idealismo: buscan la Belleza, la Libertad y la Justicia en términos absolutos.
-nacionalismo: en oposición al internacionalismo dieciochesco, reivindican el concepto de pueblo como entidad espiritual que comparten una historia, unas costumbres y una lengua común. Se exaltan las particularidades de cada país o región y fruto de ello será el costumbrismo, que estudiaremos en el apartado “La prosa romántica”, y la preferencia por los temas históricos y legendarios.

El Romanticismo en España es introducido de manos de los emigrados en Europa que huyeron durante la época absolutista como Ángel Saavedra, Espronceda o Martínez de la Rosa. El apogeo del romanticismo español comprende los años que van desde 1834 a 1850, aunque el verdadero lirismo en poesía llegará con los románticos tardíos, ya en la segunda mitad: Bécquer y Rosalía de Castro.

3. EL ROMANTICISMO ESPAÑOL.

Veamos ahora las particularidades de los géneros literarios:

3.1. LA POESÍA

Sus características:
-libertad y rechazo a las normas en la composición literaria.
-en cuanto a los temas,  la poesía se convierte en el mejor vehículo de expresión del yo romántico y de su alma exaltada, de sus sentimientos, pasiones y anhelos. Sus temas habituales son el amor, la soledad, la aversión por el mundo que les rodea o la reflexión sobre el propio proceso creador.
- polimetría: combinación de distintos metros y estrofas en el mismo poema.
-uso de símbolos (por ejemplo, las desilusiones se comparan con las hojas caídas de los árboles).
-búsqueda de imágenes nuevas diferentes a los tópicos clasicistas.
-uso de expresiones y palabras llamativas por su sonido, por su significado, por ser poco frecuentes o demasiado vulgares y poco "poéticas" ”( piélago, aquilón, fulgor, harapo...).
-abundan las exclamaciones e interrogaciones retóricas en correspondencia con la exaltación sentimental. 
En cuanto a los autores, nos vamos a dejar a muchos en el tintero. Nos centraremos en tres autores:


JOSÉ DE ESPRONCEDA (1808-1842)
Fue un joven rebelde y liberal que tuvo que partir al exilio durante el absolutismo de Fernando VII y regresar en 1833. Recibe influencias, entre otros, de Lord Byron. Entre sus temas predilectos destacan: la huida irreparable del tiempo (tempus fugit), la impotencia del hombre, que sobrevive a todo lo que ama o el deseo de conservar en la memoria los tiempos pasados, con una actitud añorante. Entre sus obras, destacan tres:

-Sus cinco Canciones (Canción del pirata, El canto del cosaco, El mendigo, El reo de muerte, El verdugo). Todas ellas tienen como protagonistas a seres marginales. Destacan como temas el inconformismo, la rebeldía y  la búsqueda de la libertad al margen de las estructuras sociales establecidas.  La más famosa es la Canción del pirata, que supuso una innovación rítmica (variedad) y temática, al concentrar en ella todos los rasgos típicos del romanticismo.

Sentenciado estoy a muerte.
Yo me río;
no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena
colgaré de alguna entena
quizá en su propio navío.
Y si caigo,
¿qué es la vida?
Por perdida
ya la di,
cuando el yugo
del esclavo,
como un bravo
sacudí.

-El estudiante de Salamanca es un extenso poema de carácter narrativo cuyo protagonista, don Félix de Montemar, es un donjuán insolente que seduce y abandona mujeres sin remordimiento alguno. Tras abandonar a Elvira y asesinar en duelo al hermano de ésta, persigue a una mujer, que resulta ser la propia muerte, que lo abraza y finalmente lo mata.

-El diablo mundo  es también un extenso poema compuesto por una “Introducción” y seis “Cantos”. Destaca el Canto II o Canto a Teresa  que no sólo es la elegía por la muerte de Teresa Sancha (con la tuvo un hijo y que luego lo abandonó), sino la elegía por el fracaso vital, del que es el amor la más exacta cifra, la elegía a la juventud y los placeres perdidos.

También cabe destacar el poema “A Jarifa en una orgía”. Podéis leer un fragmento de esta composición en la página 30 de vuestro libro de texto.

GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER (1836-1870)
       Ya en la segunda mitad de siglo es, junto con Rosalía de Castro, una de las máximas figuras de la poesía lírica española. Nació en Sevilla, pero se trasladó a Madrid, donde vivió penurias económicas. Trabajó en el periódico El Contemporáneo, en el que publicó muchas de sus leyendas. Morirá a los treinta y cuatro años. En prosa escribirá sus famosas Leyendas, Cartas desde mi celda y Cartas literarias a una mujer. Su obra poética está representada por:
       -Rimas: una colección de setenta y ocho poemas que sus amigos recopilaron a la muerte del autor. Para Bécquer, la “poesía es natural, breve, seca”. Sus poemas son generalmente breves (Un poema cabe en un verso) y en ellos utiliza un número limitado, pero suficiente, de figuras literarias. Prefiere el símil porque da a los poemas un aire de sinceridad. En cuanto a la métrica, prefiere la rima asonante, y se vale de una gran riqueza de combinaciones estróficas: utiliza los versos de la tradición española, con dominio del endecasílabo y del heptasílabo, y con un uso frecuente del pie quebrado que le permite eficaces giros en el ritmo. Su poesía es un ejemplo de conciliación entre poesía culta y popular. Su expresión es sencilla y utiliza numerosos símbolos (por ejemplo, la luz y la oscuridad). En realidad constituyen un solo poema de amor en el que el poeta habla de su vida interior a un “tú” como si de una carta o conversación se tratara. Se dividen en:
       —Rimas I-XI: suponen una reflexión sobre la misma poesía.
       —Rimas XII-XXIX: el poeta trata del amor y de sus efectos en el alma (exaltación amorosa). El amor aparece identificado con la mujer, que es la expresión máxima de la belleza, pero que es un ideal porque es inaccesible, un misterio que se desvanece o un sueño.
        —Rimas  XXX-LI: se refieren a la decepción y el desengaño.
       —Rimas LII-LXXVI: el sentimiento dominante es el dolor y la angustia que se proyecta sobre la condición humana, la muerte y la pregunta por la inmortalidad.

       ROSALÍA DE CASTRO (1837-1885)
      
       Una de las máximas figuras del Rexurdimento. El hecho de tener que abandonar su Galicia natal produjo en ella un sentimiento de profundo desarraigo. Como Bécquer, escribe una poesía intimista, une lo culto y lo popular, busca la expresión natural y sencilla de los sentimientos. Pero se hace portavoz de los temas del proletariado gallego, y habla del desempleo y la crisis que conducen a la tragedia de la inmigración.
Escribió en gallego sus Cantares gallegos  y Follas novas. De su producción es castellano destaca como la mejor En las orillas del Sar, en la que domina, como en sus obras gallegas, el dolor, aunque ahora provocado por el desengaño y la pérdida de las primeras ilusiones. Su visión del mundo es de una extremada desolación. La naturaleza está muy presente en sus obras.
       Destacan sus innovaciones métricas: sus metros más renovadores son los versos de 14, 16 y 18 sílabas. Prefirió la rima asonante. Como recursos literarios fundamentales utilizó el símil, el símbolo, el contraste y la repetición.
           
       3.2. EL TEATRO ROMÁNTICO
      
       El género que más contribuyó al éxito y consolidación del Romanticismo en España fue el teatro, porque era espectáculo y llegaba a más gente. A su vez, fue el drama el género teatral por excelencia: que refleja la complejidad de la vida con su variedad de clases sociales, mezcla del lenguaje coloquial y culto, de penas y alegrías.
       El drama romántico rompe con las estrictas reglas del teatro neoclásico. Éstas son sus características, que se basan en la libertad como principio creador:
       -no se respeta la regla de las tres unidades (acción, espacio y tiempo).
       -mezcla lo cómico y lo clásico.
       -uso de una rica polimetría.
       -se combina la prosa y el verso.
       -las obras no se dividen en actos sino en jornadas, que suelen ser cinco ( aunque esto es variable) y que se dividen a su vez en escenas que llevan títulos efectistas.
       -las acciones suelen ambientarse en épocas pasadas, fundamentalmente la Edad Media, y se recurre a acontecimientos históricos y legendarios.
       -los temas fundamentales serán el amor, siempre truncado, y el sino, un destino adverso que persigue al héroe y llena su vida de sufrimiento y de dolor.
       -en cuanto a los personajes, el héroe romántico  está definido por el misterio y la pasión fatal: un destino adverso le persigue. Es ángel y demonio a un mismo tiempo (satanismo). La heroína romántica es un ser divinizado capaz del mayor heroísmo y sacrificio, pero predestinada a la muerte desde el mismo momento en que decide amar.
       -es un teatro muy espectacular que busca conmover al espectador a través de duelos, escenas violentas, suicidios, muertes y ambientes nocturnos, tormentosos y sepulcrales. 

       Todas estas características no se dieron con la misma intensidad en todos los dramas. Hay primero una introducción,  después un momento de plenitud y exaltación frenética y finalmente, truncada la trayectoria romántica, triunfa el drama histórico. Los dramas más representativos son:
       -La conjuración de Venecia, Martínez de la Rosa (1834).
       -Macías, Larra (1834).
       -Don Álvaro o la fuerza del sino, Duque de Rivas (1835). Supuso el triunfo del Romanticismo en España al combinar en la obra todos los rasgos propios del drama romántico: el héroe rodeado de misterio (nadie conoce su origen), la marginación, la superstición, la mezcla de lenguaje culto y popular, el pesimismo, la melancolía, el satanismo y, sobre todo, el destino adverso que se impone a la voluntad del hombre. Don Álvaro finalmente acaba suicidándose gritando que es el demonio.
       -El Trovador, García Gutiérrez (1836).
       -Los amantes de Teruel, E. Hartzenbusch (1837).
       -Don Juan Tenorio, José de Zorrilla(1844). Recupera el mito de Don Juan creado por Tirso de molina, pero si éste condena al pecador al infierno, Zorrilla aporta una novedad: la salvación por el amor. Doña Inés es ese ángel de amor que logra la salvación del libertino. Tras una vida de fechorías (recordemos que al comienzo de la obra él y don Luis han hecho una apuesta que ganaré aquel que más mujeres haya burlado y más duelos haya ganado) se enamora de Doña Inés, pero ni don Gonzalo, padre de Inés, una joven novicia, ni don Diego, su propio padre, están dispuestos a permitir ese matrimonio. Tras asesinar a don Luis y a don Gonzalo huye a Italia. Inés, muere de amor. Al regresar a Sevilla, invita a cenar a la estatua de don Gonzalo, que se presenta en la cena y le advierte de que va a morir. Arrepentido, finalmente logra salvar la condena al infierno.

       3.3. LA PROSA ROMÁNTICA
       En la primera mitad del siglo XIX hay que destacar el desarrollo de todo un entramado editorial que posibilitó las publicaciones periódicas, así como la publicación de fragmentos de obras extranjeras y la crítica literaria. Naca la figura del redactor y los escritores pueden empezar a vivir de su trabajo en prensa. Los géneros más destacados fueron:
       -la novela histórica. Destacan El doncel de don Enrique el doliente de Larra y Sancho Saldaña de Espronceda. Los hechos se ubican en un pasado lejano, fundamentalmente la Edad Media, y sus personajes no son grandes figuras históricas sino personajes de segunda fila o inventados.
       -novelas sentimentales y de terror (importante la influencia de la novela gótica inglesa).
       -leyendas. Suponen la expresión de la cultura popular y el gusto por lo sobrenatural y misterioso. Sin duda las más famosas son las de Bécquer, cuya acción sitúa en tiempos lejanos, fundamentalmente la Edad Media (El rayo de luna, El monte de las ánimas u Ojos verdes) , y en espacios naturales o sagrados, ruinas o monasterios, no contaminados por la razón o la civilización y propicios a la imaginación y al misterios. Prefiere los escenarios nocturnos, tormentosos o sepulcrales. Los protagonistas son casi siempre jóvenes enamorados impulsivos e imprudentes, y damas hermosas pero que son perversas (Beatriz) o mujeres ideales e inalcanzables (la protagonista de Ojos verdes o El rayo de luna). Son relatos breves con los que crea un nuevo género: la leyenda lírica o poemas en prosa.
       -artículos de costumbres. Vinculados también a la prensa periódica, el costumbrismo es un género esencial ya que, al intentar recrear o describir personajes (tipo), situaciones (de escena) y costumbres de la vida colectiva de España, suponen el antecedente del realismo que estaba por llegar. Junto a un costumbrismo más conservador, representado por Mesonero Romanos y Estébanez Calderón, se alza sin duda la figura de:
       MARIANO JOSÉ DE LARRA
       Representa un costumbrismo progresista ya que pretendía, con un afán reformador, analizar los males de la patria para poder remediarlos. Tiene una intención crítica y lo que hace es crear tipos caricaturescos para que, aquellos que se vieran reflejados en él, se corrigieran los defectos. Ataca, con intención de avispa, los vicios nacionales como la pereza o la pedantería. Sus artículos se clasifican en: de costumbres y crítica social, de crítica literaria y políticos.
           

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